jueves, 6 de noviembre de 2014

Independencia y autogestión vuelven al under cordobés


Zona del abasto, cuna del under cordobés, allí escondido se encuentra el sótano que abre sus puertas al encuentro de los ocultos. Ramirez de Velazco 957 es la dirección exacta, desde fuera nada evidencia lo que adentro está ocurriendo, un simple cartelito en la puerta anuncia que hemos llegado a la dirección correcta.
La intriga nos impulsa a golpear, “toc-toc” y las puertas se abren como dándonos la bienvenida a un hogar conocido y familiar. Nos reciben “los dueños de casa” que nos ven llegar en nuestras bicis, nos invitan a pasar y guardarlas al fondito de la casa, para estar seguros que no va a pasar nada. El sótano se puebla de lazos casi familiares, de encuentros con amigos “de hace mil”; van cayendo los pibes y se arma la movida. Mientras los músicos se preparan y los feriantes se alistan los encuentros se multiplican; sorpresivos abrazos y reencuentros iluminan ya el sótano, todos a la espera de lo que este nuevo encuentro nos propone.
La entrada es a colaboración, como la creación del espacio en sí mismo, cada uno aporta lo que tiene. Alianza y comunión permiten mantener las puertas del sótano abiertas, el impulso de iluminar la escena cultural cordobesa aúna las fuerzas y mantiene vivo el Movimiento Sotánico.
En este encuentro suenan Niño elefante, 0010, The New Capes y  los chicos de Fones. Marcadas por el sonido experimental y “no definible” –como dicen los chicos de 0010-, desde el sonido garage al del estudio, las bandas se sumergen en nuevos estilos musicales y herramientas tecnológicas que les permiten crear sonidos radicalmente novedosos. A través del uso de pedales y distorsiones de la voz el ambiente sotánico crea su mística. La multiplicidad deja su marca en cada esquina del sótano: escuchamos a los chicos de 0010 y nos trasladamos a los 90’, el grunge y el sonido de garaje que se caracterizó por la espontaneidad y casi nada de post-producción; llega el turno de los chicos de The New Capes y nos trasladamos de galaxia por completo, los efectos de la voz y las guitarras parecieran querer sumergirnos en un submundo acuático.
La feria transmutante del sotánico nos invita a pasear por el mundo de los fanzines y las micro-ficciones; dibujos, escritos y sellos discográficos independientes arman la escena de la producción que respalda el movimiento. El encuentro se produce cara a cara, piel a piel; allí todos en contacto, productores y espectadores compartiendo su arte y motivaciones, el sótano crea una nueva dimensión: una dimensión productiva y reproductiva que muta y se transforma en cada encuentro.
Transcurre el Movimiento Sotánico N° 10 y hemos recorrido una diversidad de recónditas islas, pequeños parates de la red cultural que se unen y enlazan gracias a la apertura del sótano en la escena cordobesa.

Emergencia de nuevos tipos de expresión, el Sotánico se mantiene independiente y nos invita a participar, sus puertas se abren para dejar salir lo que la escena cultural ocultaba, y teñir nuevamente el under cordobés de autogestión y coparticipación, creación conjunta y plural.

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