Zona
del abasto, cuna del under cordobés, allí escondido se encuentra el sótano que
abre sus puertas al encuentro de los ocultos. Ramirez de Velazco 957 es la
dirección exacta, desde fuera nada evidencia lo que adentro está ocurriendo, un
simple cartelito en la puerta anuncia que hemos llegado a la dirección
correcta.
La
intriga nos impulsa a golpear, “toc-toc” y las puertas se abren como dándonos
la bienvenida a un hogar conocido y familiar. Nos reciben “los dueños de casa”
que nos ven llegar en nuestras bicis, nos invitan a pasar y guardarlas al
fondito de la casa, para estar seguros que no va a pasar nada. El sótano se
puebla de lazos casi familiares, de encuentros con amigos “de hace mil”; van
cayendo los pibes y se arma la
movida. Mientras los músicos se preparan y los feriantes se alistan los
encuentros se multiplican; sorpresivos abrazos y reencuentros iluminan ya el
sótano, todos a la espera de lo que este nuevo encuentro nos propone.
La
entrada es a colaboración, como la creación del espacio en sí mismo, cada uno
aporta lo que tiene. Alianza y comunión permiten mantener las puertas del
sótano abiertas, el impulso de iluminar la escena cultural cordobesa aúna las
fuerzas y mantiene vivo el Movimiento Sotánico.
En
este encuentro suenan Niño elefante, 0010, The New Capes y los chicos de Fones. Marcadas por el sonido
experimental y “no definible” –como dicen los chicos de 0010-, desde el sonido garage al del estudio, las bandas se
sumergen en nuevos estilos musicales y herramientas tecnológicas que les
permiten crear sonidos radicalmente novedosos. A través del uso de pedales y
distorsiones de la voz el ambiente sotánico crea su mística. La multiplicidad
deja su marca en cada esquina del sótano: escuchamos a los chicos de 0010 y nos
trasladamos a los 90’, el grunge y el sonido de garaje que se caracterizó por
la espontaneidad y casi nada de post-producción; llega el turno de los chicos
de The New Capes y nos trasladamos de galaxia por completo, los efectos de la
voz y las guitarras parecieran querer sumergirnos en un submundo acuático.
La
feria transmutante del sotánico nos
invita a pasear por el mundo de los fanzines y las micro-ficciones; dibujos,
escritos y sellos discográficos independientes arman la escena de la producción
que respalda el movimiento. El encuentro se produce cara a cara, piel a piel;
allí todos en contacto, productores y espectadores compartiendo su arte y
motivaciones, el sótano crea una nueva dimensión: una dimensión productiva y
reproductiva que muta y se transforma en cada encuentro.
Transcurre
el Movimiento Sotánico N° 10 y hemos recorrido una diversidad de recónditas
islas, pequeños parates de la red cultural que se unen y enlazan gracias a la
apertura del sótano en la escena cordobesa.
Emergencia
de nuevos tipos de expresión, el Sotánico se mantiene independiente y nos
invita a participar, sus puertas se abren para dejar salir lo que la escena
cultural ocultaba, y teñir nuevamente el under cordobés de autogestión y
coparticipación, creación conjunta y plural.
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